3 de Noviembre de 1820: Independencia de Cuenca
La ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca: que está situadas
2.560 metros sobre el nivel del mar y su población es de 4.455 habitantes.
Tiene sus raíces prehistóricas, fundada en 1557. La egregia presencia de
Cuenca, Atenas del Ecuador, constituye el hontanar inagotable de los valores
más altos de la cultura, el arte, la política, el deporte, la religión, etc. en
la nacionalidad ecuatoriana.
Cuenca es una ciudad universitaria, que organiza programas y eventos de carácter nacional e Internacional; dispone de amplios equipamientos culturales, como museos, galerías de arte, bibliotecas, archivos históricos, centros culturales, talleres educativos y muchos oíros aspectos progresivos.
Cuenca es una ciudad universitaria, que organiza programas y eventos de carácter nacional e Internacional; dispone de amplios equipamientos culturales, como museos, galerías de arte, bibliotecas, archivos históricos, centros culturales, talleres educativos y muchos oíros aspectos progresivos.
En la parle económica, Cuenca cuenta con infraestructuras de
servicios públicos; existen 200 industrias medianas y 500 pequeñas, así como un
amplio parque industrial. La actividad artesanal tiene más de 4.000 talleres de
microempresarios. La actividad comercial de la ciudad, está compuesta por más
de 10.000 de establecimientos de venta de productos.Por su belleza de paisajes,
su capacidad de integrar las influencias y mantener las tradiciones culturales,
por la conservación de sus valores históricos y patrimoniales por el
intenso valor de su trazado urbano, La UNESCO en el año 1999, concedió a Cuenca
la designación PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD, entre 25 ciudades
finalistas.
Cuenca ha aportado con hondo y desinteresado patriotismo, a
fomentar el progreso y desarrollo del país. Cuenca a lo largo de la historia
tiene altos exponentes de las letras y las ciencias, virtud, patriotismo,
valor, coraje, deporte, como el Santo Hermano Miguel, Julio María Matovelle,
Fray Vicente Solano, Manuel J. Calle, Remigio Crespo Toral, Huayna-Cápac, Abdón
Calderón Garaycoa, Rolando Vera, Jefferson Leonardo Pérez Quezada.
HISTORIA
Desde el año 1975 hubo en Cuenca la expresión pública de
conseguir la libertad, en diferentes lugares de la ciudad, el 25 de marzo de
este año, circularon unos manuscritos que contenían ideas de LIBERTAD como una
reafirmación a la conciencia cívica y amor a su tierra. Los patriotas cuencanos
revelaron sus sentimientos de amor a la INDEPENDENCIA en los letreros que
contenían lo siguiente "MORIR O VIVIR SIN EL REY PREVENGAMOS",
valeroso vecindario. Libertad queremos, y no tantos pechos y
opresiones". Conocían muy bien los cuencanos quienes eran los autores de
esta invitación a través de los letreros, pero guardaban absoluta reserva por
las amenazas de los funcionarios españoles, muy leales a su Rey. y estas autoridades
reales temblaron como la encina al soplo del huracán, levantaron juicios
criminales contra las autoridades y cómplices de las leyendas fijadas en las
paredes de los edificios de la ciudad.
Exactamente no se sabe el paradero de estos juicios, pero se puede asegurar de los participantes en la fijación de dichas leyendas fueron: Paulino Ordoñez, Fernando Saladar y Piedra, Joaquín Tobar. Estas leyendas las tomaron los cuencanos, como su primer Himno Patrio coreado por sus pechos enardecidos de civismo y ansia de libertad, para romper las cadenas del León Ibérico que dominaba en la Real Audiencia de Quito.
Con este fin se hicieron dos tentativas, pero fracasaron los patriotas en su empeño y resolvieron dar un golpe decisivo en la consecución de la libertad para su pueblo. El Dr. José María Vásquez de Noboa mandó a publicar el 13 de noviembre de 1820 unas Reales Ordenes Españolas por bando solemne, acompañado de la escolta militar; mientras se leía dicho bando en una esquina de la dudad, 9 patriotas del complot se echaron sobre el complot y desarmaron a la fuerza. Los 9 valientes estaban capitaneados por el prócer Tomás Ordoñez, verdadero héroe de la jornada. Cuando se hallaba trabado en una lucha con un soldado le atravesó la pierna de un golpe de bayoneta. Los patriotas se reunieron en la plaza de San Sebastián, allí con un numeroso grupo de ciudadanos cuencanos proclamaron la libertad e independencia de Cuenca.
El regocijo popular fue indescriptible. Ordóñez a pesar de encontrarse herido, recorría las calles animando y entusiasmando a las multitudes; Don Juan Mana Ormaza y Caccuta fue el orador principal, manifestó con elocuencia los sacrificios que todos deben hacer por la libertad e independencia de la Patria. Cumpliendo así el juramento que hicieron estos valerosos hombres para vengar la sangre que se derramó despiadadamente en la masacre del 2 de Agosto de 1810; horrible hecatombe que consternó a toda América, pero lo cual sirvió de savia fecunda para Conseguir la libertad el 9 de octubre de 1820 en Guayaquil, y el 3 de noviembre en Cuenca. Y así se forjó la libertad e Independencia de Cuenca; los precursores de ella también pensaron en amasar la grandeza de su pueblo bajo la égida de la libertad.
Exactamente no se sabe el paradero de estos juicios, pero se puede asegurar de los participantes en la fijación de dichas leyendas fueron: Paulino Ordoñez, Fernando Saladar y Piedra, Joaquín Tobar. Estas leyendas las tomaron los cuencanos, como su primer Himno Patrio coreado por sus pechos enardecidos de civismo y ansia de libertad, para romper las cadenas del León Ibérico que dominaba en la Real Audiencia de Quito.
Con este fin se hicieron dos tentativas, pero fracasaron los patriotas en su empeño y resolvieron dar un golpe decisivo en la consecución de la libertad para su pueblo. El Dr. José María Vásquez de Noboa mandó a publicar el 13 de noviembre de 1820 unas Reales Ordenes Españolas por bando solemne, acompañado de la escolta militar; mientras se leía dicho bando en una esquina de la dudad, 9 patriotas del complot se echaron sobre el complot y desarmaron a la fuerza. Los 9 valientes estaban capitaneados por el prócer Tomás Ordoñez, verdadero héroe de la jornada. Cuando se hallaba trabado en una lucha con un soldado le atravesó la pierna de un golpe de bayoneta. Los patriotas se reunieron en la plaza de San Sebastián, allí con un numeroso grupo de ciudadanos cuencanos proclamaron la libertad e independencia de Cuenca.
El regocijo popular fue indescriptible. Ordóñez a pesar de encontrarse herido, recorría las calles animando y entusiasmando a las multitudes; Don Juan Mana Ormaza y Caccuta fue el orador principal, manifestó con elocuencia los sacrificios que todos deben hacer por la libertad e independencia de la Patria. Cumpliendo así el juramento que hicieron estos valerosos hombres para vengar la sangre que se derramó despiadadamente en la masacre del 2 de Agosto de 1810; horrible hecatombe que consternó a toda América, pero lo cual sirvió de savia fecunda para Conseguir la libertad el 9 de octubre de 1820 en Guayaquil, y el 3 de noviembre en Cuenca. Y así se forjó la libertad e Independencia de Cuenca; los precursores de ella también pensaron en amasar la grandeza de su pueblo bajo la égida de la libertad.
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